Cuenta la leyenda que el Pep Guardiola se le presentó en un sueño a Santi Grandi, y a partir de allí la historia que sigue cobra sentido. El Sportivo 5 se disponía a volver a las canchas tras -nuevamente- varias semanas de receso, y la idea del 10 de la escuadra estaba latente (como sabrán, los sueños provocan ciertos efectos).
Había que jugar de manera tal que sea el Guasón en su versión fútbol 5 el que decretara el ritmo del cotejo. Había que tener, sobretodo, una sóla premisa en la cabeza: la pelota debía estar siempre -lo que en términos reales significa "la mayor cantidad de tiempo posible"- en nuestro poder. En caso de saberse en problemas, jugar hacia atrás. Utilizar la figura del arquero como un jugador de campo más. Aprovechar la ventaja que implica sumarlo al circuito futbolístico, mientras se elabora el juego y se intenta progresar en ataque.
Así fue como el Violeta se despachó con la que fue la victoria más abultada desde que comenzaran estos notables desafíos en la Zona Sur de nuestra ciudad. El partido terminó con una ventaja de 8 en favor de los comandados por Martín "Ficha" Harraca, y el nivel de juego fue tan alto que si hubiese que destacar a un sólo integrante del quinteto, se nos haría difícil. La figura fue el conjunto, un "casi excelente" para los 5, si se quiere.
El sueño de Pep Guardiola caló hondo en el grupo. A partir de ahora viene lo más complicado, lo que marca una diferencia. Mantenerse en el nivel demostrado en el último cotejo es precisamente el desafío.
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